11 agosto 2016

Poema: La sangre en mis manos

Recordé donde guarda mi madre la lejía
Corrí desesperado golpeándome en el camino con cuanto se cruzaba
Un cristal cayó al suelo
Viejo
Roto
Pensaba en el cuerpo mientras sostenía el corrosivo blanqueador en mis manos
Una lágrima se desprendió de mi rostro, y cayó ocultandose en el liquido rojo
Corrí al patio, estaba oscuro, lleve la linterna a mi boca
Me puse junto a un grifo oxidado y lo giré
El agua tardaba en aparecer mientras yo golpeaba la tubería
Maldije
El agua apareció y comencé a lavarme
El horroroso color que se derramaba desde mis manos me producía náuseas.
Un sangriento nubarrón escondía la luz de la luna.
Seguía lavando y la mancha no se iba, puse el líquido corrosivo sobre mis manos y froté con fuerza.
Me quité la camisa y lave mis brazos, pecho, axilas y cuello.
Cuando volví a observar mis manos la sangre seguía allí.

La sangre sigue allí.

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