Hacía mucho tiempo que no veía la luz del Sol. Las nubes producto de pólvora y veneno cubrían todo el firmamento cuando salía de debajo de la tierra. Vivía dentro de esos túneles comiendo las raciones de porquería. Los hombres salían llenos de vigor y volvían destruidos, cubiertos de muerte y remordimiento. La foto de mi madre, arrugada en mi bolsillo, estaba manchada con huellas de barro por tanto mirarla. Mi padre murió en un lugar como este. Murió por algo, dijeron en su entierro; y yo vine a buscarlo, o exigir una absolución, o lo que fuese.
Dios se me acercó una madrugada, luego de intentar dormir entre el rugir del fuego. Es hora de matar, me dijo. Y partí, junto con el grupo de ángeles negros, a repartir miseria. Tomamos un asqueroso infierno que no era nuestro, pero había que hacerlo. Les quitamos la angustia, y le dimos una muerte bastante occidental, a un montón de gente sucia y muy joven. Luego escondimos sus cuerpos y nos internamos en la oscuridad del recinto. Esperamos quietos, mimetizados con la obscuridad, para que nada pudiera vernos más que el mismísimo diablo o, escondidos del diablo, no nos viera ni la luz más poderosa de Dios. Alguién dijo dios con letra pequeña. Otro dijo Diablo con mayúscula. Reímos insensiblemente como hacen los espectros.
Aparecieron los desgraciados y acabamos con su miserable existencia. Fue rápido, estábamos entrenados para matar y dejar maldita la tierra. Una música espectral llenó la atmósfera, había complacido a un ser iracundo e irracional. Un rayo despedazó el cielo y una tormenta acudió al llamado. Era el final, ya podía volver a casa si sobrevivía a caminar entre la sangre de esta gente condenada, de regreso a una atrincherada oquedad en el medio de la nada.
Yo escribo en blogger desde los 16 años, y al principio todo era un experimento (no estudiaba letras, claro). Publicaba textos sin estar totalmente segura de qué eran ni a cuál género pertenecían. Siete años después, como investigadora de literatura, sigo preguntándome lo mismo sobre algunos textos de terceros (sobre todo los posmodernos), esforzándome por no nombrarles "híbridos"-ese adjetivo que me resulta tan perezoso-. Sin embargo, Eddie, puedo decirte con toda propiedad que este post se acerca más a un boceto de ejercicio narrativo (lo que podrías trabajar mucho mejor) que a la poesía.
ResponderEliminarSé que tienes razones para decir que se trata de una narración, innegablemente hay algo que se narra. Recuerdo haber pensado por un segundo si publicarlo como cuento y no como poema, pero eso también hubiese sido perezoso de mi parte, como para ahorrarme la explicación en caso de que se me cuestionara. Como yo lo veo, hay veces que aquello narrado se subyuga a una intención poética, como pasa en varios casos de la poesía moderna (Baudelaire, Ramos), es por eso que, a pesar de ser prosaico y cumplir con las características del género narrativo, el poema sigue siendo esencialmente un poema. Y yo la verdad creo, aunque esté en boga el calificativo de híbrido, que siempre un género, o las característica del mismo, se subyugan a otro en el texto; o eso creo por ahora.
EliminarLa intención poética no es suficiente para crear un poema, Eddie. Tampoco un texto prosaico plagado de adornos puede ser considerado un poema en prosa porque sí, solo por su forma. Ramos Sucre, por su parte, siempre tuvo una enorme consciencia sobre el lenguaje, siendo esa la determinante clave en su obra poética. Si dudaste sobre publicarlo como "cuento" o "poema", deberías repensar qué estás escribiendo y cómo.
ResponderEliminarSi bien la intención poética no es suficiente para crear un poema, podemos decir eso, la narración igualmente no es suficiente para que algo sea un cuento. Eso puede sonar como un argumento charlatán pero aplica igualmente. No dudé demasiado, no quería que se leyera como un cuento, no era mi intención contar algo, mi enfoque, mal logrado o no, eran las imágenes, las sensaciones, las palabras; con etiquetarlo de poema quiero persuadir un poco al lector a evitar esperar una trama, resoluciones, finales, desarrollo de personajes, nudos, conflictos, incluso si los pongo.
EliminarEs algo que vi hace mucho tiempo cuando leía poemas en prosa, algunas veces podían contener todo lo que un cuento podría dar, sin ni siquiera tener que tocar demasiado el lenguaje, e igual era posible encontrarse con la experiencia estética de la poesía. Pero, por supuesto, ya estoy hablando de cosas que yo no escribí, tratando de compararme con ellas; tal vez yo no sea bueno para juzgar por mí mismo esta pequeña prosa, solo puedo decir que mi intención no era contar nada, era cantarlo.
Estoy de acuerdo. Aunque tu argumento no tiene lugar ya que nunca comenté que tu texto fuese un cuento, Eddie. Dije: se acerca más a un boceto de ejercicio narrativo que a un poema. Por otra lado, no debería resultar necesario "persuadir al lector" con un título de género; la naturaleza del texto debería hablar por sí misma. El problema acá es que esta se presenta torpe y confusa. Yo te recomiendo -como lectora- que medites el asunto con mayor amplitud.
EliminarMucha lucidez,
Daniela.
Gracias, pensaré en ello. Saludos.
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