X,
tu nombre descubre un abandono
un destello en el medio de este cuarto
que no perdona el blanco iris de la sombra
pero enternece con su belleza taciturna
ante ti el tiempo se hace pequeños sismos
sacudiendo los bordes del espejismo
que intenta llevarse
lejos de mí
toda ilusión
yo ante ti ahora canto la oración
que mata mis viejos temores
y entrega todas las ruinas
a la belleza tras tus ojos
quiero que conmigo cada mañana veas en mis cuencas el silencio
lo mates con tus besos
y traigas las estaciones a este mundo invernal
yo cubriré tu nombre con mi voz
el temblor de un deseo
construyendo en tu interior la tumba de nuestros dolores
y la selva de nuestra animalidad
haré con el fruto de nuestras voces
desgarrándose sobre el aposento
las coronas de un mismo reino.
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